Algunas anécdotas se te esfumaron totalmente, otras se te aparecen en esos momentos en que podes conversar con tu conciencia a solas, regresan y te llenan de alegría o de tristeza.
Aquellos veranos en las playas de nadie y solo tuyas te dejaron claras huellas marcadas en la piel y en el corazón.
Los viejos tiempos te obsequiaron recuerdos de satisfacción y otros en cambio no tanto.
Siempre supe que te gusta el café a la mañana y que esperas a que el aparezca como por arte de magia para que te acompañe.
Mientras la vida se fusiona, tu andar ya no es igual, la flexibilidad te limita, y tu corazón va aumentando de fuerza para latir con mas precisión.
Todo parecía jugar en contra ese día gris que te levantaste con el pie izquierdo, hasta que llegas a la estación y te sentas. Te esta doliendo la cintura y pensas en unos buenos masajes y en eso derepente reconoces en el asiento de enfrente a un rostro… cambiado ya por el tiempo que paso, pero igual de cálido e integro que siempre.
Los separa el andén y van hacia lados opuestos. Pero decidís cruzarte y hacer que también estas esperando ese tren, y es más te lo tomas. Un impulso que hace que pierdas la clase de ingles, eso ya no esta en tus planes ni te preocupa.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)