miércoles, 17 de septiembre de 2008

Y sin embargo

Algunas anécdotas se te esfumaron totalmente, otras se te aparecen en esos momentos en que podes conversar con tu conciencia a solas, regresan y te llenan de alegría o de tristeza.
Aquellos veranos en las playas de nadie y solo tuyas te dejaron claras huellas marcadas en la piel y en el corazón.
Los viejos tiempos te obsequiaron recuerdos de satisfacción y otros en cambio no tanto.
Siempre supe que te gusta el café a la mañana y que esperas a que el aparezca como por arte de magia para que te acompañe.
Mientras la vida se fusiona, tu andar ya no es igual, la flexibilidad te limita, y tu corazón va aumentando de fuerza para latir con mas precisión.
Todo parecía jugar en contra ese día gris que te levantaste con el pie izquierdo, hasta que llegas a la estación y te sentas. Te esta doliendo la cintura y pensas en unos buenos masajes y en eso derepente reconoces en el asiento de enfrente a un rostro… cambiado ya por el tiempo que paso, pero igual de cálido e integro que siempre.
Los separa el andén y van hacia lados opuestos. Pero decidís cruzarte y hacer que también estas esperando ese tren, y es más te lo tomas. Un impulso que hace que pierdas la clase de ingles, eso ya no esta en tus planes ni te preocupa.